Tu otra sombra T03xP042

09/10/2015

El programa Tu otra sombra de esta semana os trae el siguiente contenido:


* Relato del terror: "Juego de oscuridad", escrito por José Manuel Durán.
* Noticias de la Red y cosas curiosas del misterio.
* Cuaderno de Investigación: Algunos sucesos y casos extraños contados por vosotros.
* La Feria Esotérica de Atocha. En estos días se están celebrando en Madrid varias ferias donde se dan encuentro profesionales del esoterismo en general. Para hablarnos de ello, nuestro corresponsal Ángel Jiménez nos trae varias entrevistas.
* El pueblo abandonado de El Alamín. También hablaremos con el periodista Ángel Jiménez sobre los extraños sucesos acaecidos en este pueblo abandonado, y las investigaciones llevadas a cabo por su equipo.
* Cuando miro a las estrellas... Mi reflexión sobre:  "Escapar de las sombras"


Podéis descargarlo en Ivoox o escucharlo aquí, en la Sección Tu otra sombra


Escapar de las sombras

Me imagino que a todos nos ha pasado que hemos guardado silencio en muchas ocasiones por respeto, aunque veamos barbaridades. Vemos cosas y escuchamos muchas otras que sólo hacen crear conflictos, desconfianzas, inseguridades y un largo etcétera de estados que terminan por confundir la verdad de las cosas.
   Hay veces que no sé si hablaros de las cosas en general, o haceros ver mi experiencia sobre eso en particular. Indudablemente todo lo que digo es tan sólo mi opinión, y puede que no sea la más correcta ni la más acertada, pero creo que siempre intento colocar en la balanza de los valores todas las situaciones, incluidas las que yo mismo vivo y provoco. Todo no es más que tratar de analizar nuestro proceder e intentar hacer lo mejor posible lo que nos propongamos.
   Pero esta noche, como tantas otras noches, os hablo desde mi particular percepción de lo que vivo, de lo que me afecta, de lo que me ocultan, de lo que quieren saber, y de lo que no se puede ver también. Porque no hay peor enemigo que uno que se esfuerza por aparentar serlo, mientras que a espaldas sufres todo tipo de contrariedades que van encaminadas a controlar las situaciones, los pensamientos, las citas, los amigos, la vida misma. Y por supuesto, eso no puede ser así. Ni debe ni puede. Todos somos libres de pensar y actuar, y también de mentir y manipular, pero si esos planes no salen bien, tampoco tenemos derecho a reclamar cuando las intenciones son tan malévolas y dañinas. Y la cosa es que sí se hace. Pero en la vida encontramos personas que llegan más allá de esos extremos, y que son capaces de hacerte sentir culpable porque saben de tus valores. Te critican la falta de confianza que depositas, los momentos que les dedicas, los detalles que no compartes y ese tiempo de tu vida en el que ni la soledad puede estar presente. Por supuesto, la agenda de tu vida termina por tomar otras prioridades para no decepcionar, para ayudar en lo que puedes cuando se necesita, o para compartir algunos de esos momentos.
   Pasa el tiempo, y observas que todo cuanto has hecho o dicho, tan sólo se ha tirado a la papelera. Abrir el corazón se convierte en un signo de debilidad. Tus conocidos son unos frikis que no valen para nada, tu vida es una mierda a la que nadie se va a acercar, e incluso mi propio proceder se convierte en una infinita mentira en la que ni siquiera he demostrado ni el más mínimo afecto… Observo y escucho, con rabia, con dolor, con cierta pena por el tiempo perdido. Terminas por escuchar las burradas más grandes jamás imaginadas de esa persona que siempre te critica que no le confías tus secretos, que no le presentas a tus verdaderos amigos, que no le muestras tus pequeños tesoros escondidos en un cofre. Y sigo escuchando mientras los recuerdos comienzan a poner imágenes a esas mismas palabras que estoy escuchando. Y veo cómo miran mi móvil mientras duermo, y descubro que algunos de mis archivos han sido copiados sin permiso, o que me han seguido a escondidas, y que mi agenda, mis bolsillos y la poca intimidad que se puede tener, es mirado para saber. Pero ¿saber qué?. Si con esa aptitud sólo se consigue alejarse de mí cada vez más. ¿Saber para venderme al mejor postor? ¿saber para estropearme mis planes? ¿saber para criticar?. Pues va a ser que no.
   Y a estas alturas, después de tantas oportunidades, llega el final. Porque ese mundo de sombras no es el mío, ni me voy a dejar rodear por supuestos chantajes emocionales, porque a fin de cuentas, a tu entender, yo soy malo, muy malo, porque no hago lo que me imponen.
   Y ese mundo de sombras tiene más gente, más conocidos, que sin ni siquiera saberlo, juegan un papel en ese tira y afloja por saber dónde estoy o lo que hago. Y aunque a veces me enfado por dentro, no os digo nada, y os sigo hablando como si fueseis mis amigos. Pero si vuestro mundo está entre esas sombras de la hipocresía, os recuerdo que vosotros me habéis sumergido hasta las mismísimas profundidades de la oscuridad. Así que –mis queridos amigos y amigas, entre comillas- os llevo ventaja en vuestro propio terreno.
   Como dato anecdótico os voy a dar una cifra. ¿sabéis cuántos kilómetros he caminado desde que comenzó el verano hasta ahora? Algo más de 500. ¿Que si duelen los pies?. Pues la verdad es que 500 kilómetros, haga frío o calor, pesan. Pero más me dolió el alma cuando caminaba y dejaba atrás muchas cosas. Y sigo caminando, porque la vida, o a personas, no les importa lo más mínimo lo que me ocurra, o tal vez sí, porque a fin de cuentas, luego me siguen a escondidas, me preguntan y quieren saber. ¿Saber qué? ¿quién soy? ¿lo que busco?.
Muchas más cosas ocurren, pero nadie las sabe. De lo que concierne a mi vida, yo sólo busco, y encuentro algo, no todo lo que quisiera, pero se avanza. Los que estáis en esa sombra escondidos, tampoco me podréis controlar. Tenéis el mundo a favor, lleno de maldades, de mentiras y todo lo que habéis construido para vuestro beneficio, y aún así tenéis miedo de que una minoría, una pequeña llama, pueda mostrar el camino a los que tenéis engañados.
   Yo no soy como todos, lo sabéis, y os lo he demostrado en numerosas ocasiones. No tengo miedo al misterio. No tengo miedo a la soledad. No tengo miedo a vuestra oscuridad ni a nada a lo que me deba enfrentarme. Mi secreto, mi vida, vale mucho más que eso, más que yo mismo que debo aprender a morir y resucitar una y otra vez.
  500 kilómetros sin necesidad. Obligado por las circunstancias que me imponéis utilizando a personas que deberían tener una vida normal y feliz. Pero no. Manipuláis hasta tal punto que incluso hacéis de ellos marionetas de vuestro juego. Y se creen libres de pensar y actuar, pero sus actos delatan las verdaderas intenciones, los verdaderos motivos que habitan dentro de sus corazones. Lo de fuera sólo es la fachada de apariencias que quieren mostrar: lo buenas personas que son, pobres víctimas incomprendidas, y gente que lo darían todo. Así es la falsa que llegan a creerse ellos mismos. No es que sean mentirosos, es que en realidad se creen sus propias mentiras.
   Y yo no he querido cambiar a nadie, ni tampoco he permitido que me cambien. Sólo he querido que me dejaran en paz con mi búsqueda, y que si no me comprendían o no querían caminar a mi lado, me dejaran seguir mi camino y no trataran de apresar mis sueños.
   Para eso hay que ser amigo, caminar juntos, compartir las emociones y escuchar –como en mi caso- cuando miro a las estrellas. Y eso, aunque no me guste ni lo comparta, es lo que encuentro a pesar de intentar respetaros.
   Por eso, si he de seguir caminando otros cientos de kilómetros más, si he de escalar montañas o cruzar ríos de sangre, sólo os puedo decir que lo haré sí o sí. Unas veces bajo el auspicio de la Luz, otras veces sumergido en tinieblas, pero nunca más entre vuestras indecisas maldades. Ha llegado el momento, el día, y mi decisión de escapar de las sombras.
   Así que, os pongáis como os pongáis, si en esos momentos en que he necesitado ayuda me habéis dado la espalda, me habéis criticado, e incluso os habéis alegrado de los males causados. Creo que no es debo ningún respeto, ni estáis en posición de buscar mis favores. Podréis seguir hablando mal todo lo que queráis, seguiréis mintiendo y dejaros engañar. La amistad se hace con el tiempo, luchando contra las adversidades y apoyándose uno en el otro cuando las fuerzas flaquean. No se hace una amistad porque sí, porque hoy me conviene y mañana no. Sois parte de esa sombra de la que un día os advertí de su existencia, pero veo que vuestra propia oscuridad no os permite ver más allá de vuestro egoísmo. Sólo voy a deciros una pequeña parte de lo que conozco y siento: desde hoy, dejo a un lado el concepto de amistad y fraternidad. Desde esta noche tomo la decisión de desvincularme de ciertas personas, de ciertas órdenes iniciáticas, de ciertas fraternidades cuyos hermanos son capaces de mandar a la mierda a otros.
   En estos días partiré hacia un nuevo viaje en el que sé que las sombras también me acompañarán. Pero iré sin temor, con el convencimiento de que mi soledad no me dará una puñalada por la espalda como habéis intentado algunos de vosotros.
   Y os doy un aviso a navegantes a los que buscan mi ruina como persona. Lo que habéis aprendido sobre el espionaje, sobre lo que está más allá de vuestros dominios, y lo que creéis saber sobre mí… no es nada. A fin de cuentas, sólo habéis cogido lo que os interesaba, pero no habéis aprendido a moveros en ese campo. Os quise prevenir. No hicisteis caso. Os pusisteis en mi contra, y finalmente –algunos de vosotros- os habéis pasado al bando de la oscuridad.
   Digo vuestros actos mezquinos, pero tengo la suficiente vergüenza y educación para no señalaros con el dedo y decir un nombre. Cosa que otros hacéis cuando no estoy presente.
   Me marcho de vuestra influencia, de vuestra maldad y de otras muchas cosas que ni siquiera sabéis que os pedirán que hagáis. Os manejarán a través de vuestras necesidades, de vuestros egos, de vuestros sueños. Y ya todo está dicho. No tengo nada más que hacer con vosotros, sino dedicaros esta reflexión que por cordialidad y educación os hago para despedirme. A los que me habéis hecho tanto daño os queda una larga lucha con vosotros mismos para escapar también de las sombras que os alimentan. Y a los que obráis de corazón, aquí me tenéis, dispuesto a equivocarme y aprender, a caerme y levantarme de nuevo. Empezar de nuevo es el momento que escojo ahora, con nuevos caminos, nuevos amigos y nuevos proyectos. Pero eso sí, siempre con el horizonte de los sueños que pueden hacerse realidad. Siempre, con los valores necesarios para construir el bienestar. Siempre con el corazón.
Una Reflexión de Fernando García

JUEGO DE OSCURIDAD

La desgracia ha llegado a la vida de María. Una amiga suya ha muerto en un terrible accidente de tráfico. Ha llorado tanto que apenas tiene fuerzas para alimentarse. Alguien le ha dicho que puede hablar con su amiga a través del tablero Ouija. Sólo tiene que invocarla. Desear que responda a sus preguntas. María se lo ha creído.

Ahora está sentada en la cama, con un tablero sobre las piernas. Tiene el dedo de la mano derecha sobre la superficie de una moneda. Está dispuesta a llamar a su amiga muerta. Quiere conversar con ella.
 
Las lágrimas cubren sus ojos. Nota su corazón acelerado por los nervios. Gira la cabeza y comprueba que la puerta de su habitación está cerrada. Comienza la experiencia. 

—Marta, ¿Estás aquí?

María cree que hablar con los muertos es tan sencillo como pronunciar el  nombre del espíritu y esperar a que la moneda escoja   números y letras. Así de simple.  ¡Maldita ignorancia!

Ante su sorpresa, la moneda se coloca sobre el “SI” Y María rompe a llorar emocionada. No puede creer que su amiga muerta se encuentre allí con ella, invisible, en su habitación. El contacto se ha producido. 

—Siento mucho lo ocurrido—dice María entre sollozos.—¡Qué tragedia tan grande!

Quiere preguntarle tantas cosas, decirle cuánto la echa de menos que las preguntas se agolpan en su mente. Está convencida de que la moneda la mueve el espíritu de su amiga.

—¿Cómo te encuentras?

La moneda viaja a un lado y otro del tablero y escribe un mensaje: TE ESTOY VIENDO.

A María le recorre  un estremecimiento pero se siente entusiasmada. Mira asombrada la tabla Ouija y se le ocurre que a través de ella también podría  hablar con sus abuelos. No hace falta llamarlos. El espíritu de su amiga Marta lanza un nuevo mensaje: “ESTOY CON TUS ABUELOS. TE ENVIAN MUCHOS BESOS”

María se emociona aún más. Apenas se lo puede creer pero es su amiga quien se lo dice  y ella jamás la  mentiría. Tiene tantas dudas que no sabe por dónde empezar.

Antes de que pueda hablar, la moneda comienza a dar círculos alrededor de la Ouija a una velocidad vertiginosa. Se va deteniendo en varias letras para formar un nuevo mensaje: TU MADRE ESTA AQUÍ, CON NOSOTROS.

—¿Mi madre?.-María frunce el ceño. Eso no tiene sentido.—Pero si está abajo haciendo la comida.

La moneda recorre el tablero esta vez de forma lenta. El mensaje es claro y directo: ACABA DE MORIR. ESTÁ EN EL SUELO. SANGRA MUCHO.

María levanta las manos horrorizada y sale despavorida de la habitación. Llama a su madre a gritos, asustada. Tropieza en la escalera que conduce a la planta baja y su cuerpo cae estrepitosamente. Se parte el cuello y queda inmóvil en el suelo, con los ojos muy abiertos.

María no ve que su madre sale presurosa de la cocina tras escuchar el ruido. 

María no escucha el alarido desgarrador y terrible que su madre pronuncia al ver el cuerpo muerto de su hija tirado en el suelo, como una muñeca de trapo.

María viaja al mundo de las tinieblas donde jamás se reunirá con sus abuelos.

María se adentra en la oscuridad, donde nunca encontrará a su amiga Marta.


Sin embargo, María no estará sola. Yacerá en un campo yermo rodeada de extrañas inteligencias que la atormentarán durante el resto de su existencia. Inteligencias perversas y hostiles que se han cobrado una nueva víctima a través del tablero Ouija.