Tu otra sombra T03xP046

22/11/2015

El programa Tu otra sombra de esta semana os trae el siguiente contenido:
* Cuaderno de Investigación: Casos extraños contados por vosotros.
* Noticias de la Red y cosas curiosas del misterio.
* Recordando a José Antonio Plaza Rincón. Con motivo del reciente fallecimiento de mi buen amigo y maestro José Antonio, volvemos a reproducir la entreviste que pude realizarle en un anterior programa hablando sobre la Antropología y la hipnosis.
* Diario de un buscador: Entre mis apuntes y el cuaderno de campo aparecen muchas anotaciones relacionadas con el misterio. Aquí os leo fragmentos de mis anotaciones.
* Cuando miro a las estrellas... Mi reflexión sobre:  "La respuesta inesperada"


Podéis descargarlo en Ivoox, o escuchar todos los programas en la Sección Tu otra sombra



La respuesta inesperada

Esta semana las noticias han estado repletas de datos sobre el último atentado en París. Rápidamente parece que nos solidarizamos, nos volvemos en contra de este tipo de actos y en cierta manera nos unimos en la idea de basta ya.
   No soy persona de tragarme a diario los telediarios, e incluso del atentado me enteré al día siguiente. Busqué en internet sobre este suceso, y cuál es mi sorpresa la gran cantidad de páginas que tocan este tema pero desde puntos de vista muy diferentes. Y veo páginas que hablan de que es un montaje, un autoatentado con intereses políticos y económicos. Otros sacan la fotografía de una afectada que coincidentemente es la misma que aparece en otros atentados. Otros conspiran contra la venta de armas que se está realizando en este momento para sacar provecho. Y por supuesto, aparecen las profecías, esas que nunca se cumplen, pero que siempre han estado allí.
   Lo cierto es que tanta información, la mayoría sin contrastar, sólo nos sirve para perdernos más en el caos que ya estamos viviendo. Ahora, más que nunca, estaremos más pendientes a nuestro alrededor porque mañana nos puede tocar a nosotros. Pero eso ya lo dijimos en Atocha, o en la Torres Gemelas, o en tantas veces que ya casi ni nos acordábamos.
   Supongo que como viene siendo normal en estos casos, se extremarán las medidas de seguridad, y ello nos llevará a nuevas interrogantes. La presencia policial, las identificaciones que se realicen… todo es para nuestro bien. Pero en el otro lado de la moneda siempre tendremos otros intereses que no veremos hasta que sea demasiado tarde, y si es que lo vemos. Grandes empresas harán su negocio con potentes software de vigilancia que permitirán un mayor control. Pero control a quién ¿a los malos?, ¿a todos?. Por supuesto que sí, a todos.
   Existen ya muchas tecnologías que permiten controlarnos a través de nuestros teléfonos, pero a excepción de teorías conspirativas, poco sabemos en realidad. Tan sólo a nivel de usuario. ¿Sabíais que es posible que nos controlen a través de los televisores?. Pues ya existe esa patente.
   Y hay un largo etcétera de condicionantes que nos hacen creer que somos libres, pero en realidad nos mantienen dentro de un recinto controlado llamado sociedad. Y nos tienen tan bien educados que entre nosotros mismos nos encargamos de que nadie trate de escapar de este control. Para eso nos educan, y nos inculcan lo que debemos hacer y cómo debemos ser, a través de los medios de comunicación, de las religiones, de las escuelas, y en el peor de los casos en lo que pensamos que son nuestras propias creencias.


   Pero lo cierto es que se ha producido otro atentado, y sucederán cosas que sabremos cuando a alguien le interese que lo sepamos. Mientras tanto, cinco países de la OTAN ya están en guerra contra estos grupos armados sin escrúpulos, y por supuesto, a nosotros nos tocará ayudar de alguna manera enviando soldados a donde se necesite. Y mientras tantos, nosotros seguiremos las noticias a través de esa red de manipulación que nos mostrará las imágenes que quieren que veamos: la vida misma, o nuestra vida.
Una reflexión de Fernando García

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El hombre lobo y la luna llena

Atrapado por su influjo, siente que el amor y la pasión corren por sus venas. Muerden su alma y le hacen sufrir preso de una cruel maldición. Está condenado a vagar entre las sombras, a llorar bajo el manto oscuro de la tristeza.

Es un hombre lobo. Y ama a la luna llena como si fuera parte de su alma. 

La necesita. La busca cada día. Y cuando ella camina sinuosa por el frío firmamento, como una hermosa doncella, el animal aúlla y expresa su amor sin mentiras ni falsedades.

Es un hombre lobo. Y ama a la luna llena, como si en un pasado lejano ambos hubieran sido partes de un solo ser.

Siente que le pertenece. Que es suyo. Que es suya. Y cae en la desgracia cuando adopta la forma de monstruo y se ve en la obligación de aplacar su violencia con la muerte de inocentes. Los humanos caen como moscas bajo sus garras. Siente horror de sí mismo. 

Sacia su sed. Alimenta su hambre y se aleja de los cuerpos mutilados que oculta en el bosque. Y luego, arrepentido, observa a su diosa que lo mira con desprecio y arrogancia acompañada de las estrellas. Y él aúlla pidiendo perdón, exponiendo su amor.

Es un hombre lobo. Y ama a la luna llena. 

A veces quisiera ser el sol para algún día unirse a ella y hacer el amor durante el breve tiempo que dura un hermoso eclipse.

Mata humanos, porque es un hombre lobo, un animal maldito. Un ser hambriento. Los rayos de la luna llena lo acarician y se vuelve violento. Ella le obliga a matar con crueldad, casi con desesperación. No sabe parar.

Es un hombre lobo y ama a la luna llena. 

No puede resistir ser malvado. Es la influencia de su amada luna. Redonda y preciosa en las alturas, observa y exige su sacrificio. Se tiñe de sangre cuando la bestia levanta el morro en la noche y grita que la ama con angustia y desesperación.

Actúa por instinto. Devora por amor. Y aguarda ansioso la caída de la noche, la llegada de su amada. La respeta. La admira. La desea. 

Es un hombre lobo y ama a la luna llena. 

En su forma de animal, corre en la profundidad del bosque en busca de su presa. La atrapa y la destroza. Después, el dolor desaparece y en el risco la contempla con los ojos cubiertos por las lágrimas.

En su forma de hombre vive atrapado por la pena, con el deseo de que regrese de nuevo la noche y con ella la imagen de su hermosa doncella.

Es un hombre lobo y ama a la luna llena.

Soy un hombre lobo y amo a la luna llena.
Escrito por José Manuel Durán