De hebrea a Santa

Por Ángel carretero Olmedo

Dentro de los misterios, estamos acostumbrados a nombrar situaciones que tienen que ver con el más allá, pero habitualmente no se habla de la persona en sí.Hay otros casos, como el tema que nos ocupa esta noche, en el que la vida y las experiencias vividas por la persona son tan importantes, que depende de ello el que se tome en consideración para convertirlo en santo o en santa.La iglesia católica en particular, en una etapa inicial se postula la causa, y la persona interesada es declarada “Sierva de Dios”, en la segunda “Venerable”; en la siguiente, y por demostrarse haber intervenido en la realización de un milagro, “Beato”. Por último, y cuando se demuestra su intersección en un segundo milagro “Santo o Santa”.Esta noche, como no podía ser menos, contamos con el testimonio de un investigador y gran amigo que ha intervenido en la ordenación de documentos que han dado forma a un proceso de canonización que se inició en el año 2001.Estos procesos suelen ser muy largos, y la complejidad que se genera hace que todo se mire con lupa antes de emitir un veredicto.Vamos a conocer la historia de una mujer de origen judío que comenzó su vida con grandes adversidades, pero que finalmente llegó a considerarse alguien muy especial. Y para hablarnos de este complejo mundo de transcripciones documentales, tenemos hoy al otro lado del teléfono al investigador Ángel Carretero Olmedo.Nos teletransportamos hasta Cádiz, donde se encuentra nuestro amigo, y desde allí viajaremos dos siglos atrás para conocer la historia de Simi Cohen LeviHace unos dos años cuando me propusieron intervenir en la ordenación de documentos de un proceso de canonización historio. Me lo tomé como cualquier otro trabajo. El proceso ya estaba iniciado desde el año 2001 y por distintas causas llevaba años paralizado. Se trataba de recopilar toda la documentación necesaria, transcribir documentos, darle forma, etc.La interesada nació hace dos siglos y lo primero que se debía realizar era reconstruir su vida desde el momento de su nacimiento, su estancia en el convento, la devoción de los fieles en vida y después de ella y si había intervenido en la realización de algún milagro, condición indispensable para tomar en consideración la santidad.Nunca me imaginé que lo que comenzó siendo un trabajo se convirtiera en interés, primero por conocer más, después por su devoción y por último por su canonización.Como hay que comenzar por el principio, santo es la denominación que utiliza el Nuevo Testamento (Col. 1,2) para referirse a los miembros de la comunidad cristiana, pero restringido en el uso eclesiástico, desde la antigüedad, para designar a aquellos que han sido virtuosos hasta un grado heroico. Los santos, por lo que a la Iglesia
Católica respecta, están jerarquizados en varias categorías: apóstoles y evangelistas, mártires, confesores (originariamente aquellos que han sufrido prisión o dolor sin la coronación final del martirio y, tiempo después, santos masculinos, cuyas virtudes eran sobresalientes), doctores (santos destinados al aprendizaje sagrado), vírgenes, matronas y viudas.Hacia el siglo IV de nuestra era, se difundió con intensidad la práctica de venerar a los santos. Durante la Edad Media, dicha práctica estuvo rodeada de gran superstición, incluso antes de la reforma. El Concilio de Trento (1545-1563) afirmó que invocar a los santos es algo útil por los beneficios que se pueden obtener de Dios a través de su intercesión. La creencia y la práctica de la Iglesia Ortodoxa es la misma en sustancia que la católica.La Iglesia Católica en ambos ritos (el Oriental y el Occidental) declara como santo a una persona fallecida. El proceso comprende la inclusión de esa persona en el “canon” o lista de santos reconocidos. San Dimas (El Buen Ladrón) es el primer santo y el único canonizado en vida por el propio Jesucristo.En la etapa inicial se postula la causa y la persona interesada es declarada “Sierva de Dios”, en la segunda “Venerable”; en la siguiente, y por demostrarse haber intervenido en la realización de un milagro, “Beato”. Por último, y cuando se demuestra su intersección en un segundo milagro “Santo o Santa”.Hablo de una mujer gibraltareña y andaluza o andaluza y gibraltareña, descendiente directa de los judíos sefardíes expulsados siglos antes de España. De hacerla Santa sería la primera judía gibraltareña en alcanzar los altares. Se trata de María de los Dolores del Amor de Dios para los cristianos y de Simi Cohen Levi para los judíos.Su madre, Esther Levi, descendiente de la Tribu de Levi (Génesis 29-34) nace en el último cuarto del siglo XVIII en Londres; y, como quiera que por aquellos años Mallorca era inglesa, se traslada a esa isla y acaba viviendo y casada con Jacob Cohen en Gibraltar. Ambos conyugues se dedicaban a los negocios y a la enseñanza de la religión judía, regenentando la sinagoga existente en el peñón.Simi nace el 4 de abril de 1801. Su madre murió poco después de nacer ella como consecuencia del parto, pero antes de morir rezó al Dios de sus padres y le pide que Simi creciera y se convirtiera en una mujer buena. Su padre, Jacob, empleó a una sirvienta española para que la cuidara.Esta señora crió a la niña como mejor pudo, y siempre solía decir sus oraciones junto
a ella. Uno de los pañuelos bordados de esta sirvienta tenía el corazón de María con siete puñales.El pañuelo fue objeto de gran interés para la joven Simi. Solía preguntarle a la criada que significaba el bordado, pero esta al principio fue reacia a contestarle. Al final, esta señora española le explicó a Simi los siete dolores de la Virgen María…Algunas veces la joven niña acompañaba a la sirvienta a sus visitas a la Catedral de Santa María la Coronada. En la Catedral había (y todavía hay) una imagen de Nuestra Señora de Europa, y durante una de estas visitas Simi pareció entrar en un trance y le prometió a Nuestra Señora dedicarse completamente a Dios y a la oración. Aprende en secreto español y a rezarle al Dios de los cristianos. Cuando su padre se entera, que tal como antes he indicado se dedicaba a enseñar la religión judía en la sinagoga, despide a la sirvienta y castiga a la niña; la encierra y la obliga a comer en un cuenco en el suelo. Su padre vuelve a contraer matrimonio y fruto de esta unión nace un niño, muriendo también su madre poco después a consecuencia de complicaciones del parto. Simi, que ya era una mocita, se dedica a cuidar a su hermano y la casa, mientras el padre se ocupaba de sus negocios y de la sinagoga.La práctica de la religión católica en el viejo Calpe fenicio ha sido muy peculiar. Desde su reconquista y hasta 1816, la parroquia de Gibraltar perteneció canónicamente a Cádiz, diócesis erigida en 1241. Pero es preciso distinguir diversas etapas, ligadas a las vicisitudes políticas impuestas por la toma del enclave por los ingleses en 1704.En virtud del Tratado de Utrech de 1713, los gobernadores estaban obligados a permitir el libre uso de su religión a los católicos, cosa extraordinaria ya que hasta mediados del siglo XIX estuvieron proscritos en Inglaterra. “Promete Su Majestad la Reina de Gran Bretaña que a los habitadores de la dicha ciudad de Gibraltar se les concederá el uso libre de la religión católica romana”, hacía constar el tratado.Para proveer la colonia de clérigos sin sospechas antibritanicas, los traían de Menorca, posesión inglesa en aquellos años. El legítimo ejercicio de su ministerio obligaba a estos sacerdotes a pedir licencias al Obispo de Cádiz, que siempre las concedió.En 1772 la Santa Sede encontró la fórmula de resolver esta precaria situación: Roma nombraría al párroco, otorgándole carácter de Vicario General Apostólico, con todas las facultades precisas. Así se satisfacía a los católicos de Gibraltar y a los gobernadores británicos, a la vez que la parroquia seguía perteneciendo a la diócesis de Cádiz.En 1816 la Santa Sede cortó definitivamente el lazo canónico de Gibraltar con Cádiz, mediante la creación de una Vicaría Apostólica dependiente de Propaganda Fide. A partir del segundo nombramiento, los vicarios fueron además consagrados obispos. En 1910 llegó la elevación al rango de diócesis, vinculada a la misma Congregación romana, como sigue hasta hoy.En aquellos años nos encontrábamos con un trozo de roca donde convivían, no sin problemas, la religión anglicana, la católica y judía entre otras; siendo estas tres las principales.Volviendo a Simi, con 16 años decide huir de Gibraltar. Un día muy temprano se despide de su hermano menor con un beso y cruza la frontera tranquilamente andando diciéndoles a los guardias que se dirigía a La Línea.Es el momento del comienzo de sus problemas y calvario durante unos meses; hasta que acaba, pasando primero por el Convento de San Cristóbal, en el Convento de Jesús, María y José perteneciente a la Orden de las Agustinas Recoletas de Medina Sidonia (Cádiz).No es mi intención efectuar un relato de la vida de esta monja, lo hace de forma más o menos novelada el Padre Martín Bueno Lozano en su obra “Simi Cohen, gibraltareña, judía y monja” (Edición del autor e impreso en Sabadell años 1989, 1992 y 2002).A la llegada de la mocita a La Línea cuenta a todo el mundo que quiere ser cristiana y dedicar su vida a la oración. Nadie la hace caso hasta que cae, por llamarlo de alguna forma, en manos de la per

sona apropiada. La lleva al Palacio del Gobernador de la ciudad al objeto de que jure bandera.Mientras tanto, su padre al enterarse monta toda una operación de rescate. Como hay ingleses de por medio, me atrevo a afirmar que esa operación fue digna de 007; y, muy bien podemos denominarla como “007 al servicio de Su Majestad: misión en el siglo XIX”.El caso es que la noticia corre como la pólvora y quizás por causas que nunca llegaremos a saber o a comprender comienza una devoción hacia Simi, primero en vida y después de su muerte. Mucho más en Gibraltar que en la localidad y convento que la acoge.Un escribano, Notario de la Vicaria de La Línea, entrega la niña al cuidado de un pobre arriero y su esposa hasta que recibe la orden del Obispo de Cádiz de trasladarla a Medina Sidonia; cosa que realiza el arriero en compañía de un joven mozo muy apuesto.Muchos años después, siendo Madre Amor de Dios tornera, uno de los oficios del convento, atendía a las niñas que acudían a pedir limosna, y les señalaba el día y hora para venir al locutorio y darles lecciones de catecismo, a sus padres le hacía venir, les hablaba de Dios, los animaba y enseñaba como debían portarse en las miserias y penas de la vida, y como las cruces y trabajos bien llevados serían de mucha gloria a sus almas.Esas personas y cuantas se acercaban a contarle sus penas salían del convento diciendo por el pueblo: “Madre Amor de Dios es una santa, solo con su comunicación tenemos fortaleza y ánimos para vivir mejor”.Una de esas niñas, Inesita, la dijo a Simi que quería ser monja y esta mando llamar a Carmen Barrios (madre de Inesita) para hablar de la devoción de la niña. La niña acabó siendo novicia de Simi para después monja y compañera de convento.Años después, siendo Madre Amor de Dios ya muy mayor, una señora principal de Medina Sidonia Doña Josefa Begoña de Hervan está muy interesada en conocer la vida de Simi. Como está muy mayor para escribir, con fecha 16 de mayo de 1875 dicta a esa niña que con 13 años entró en el convento (Inesita) una extensa carta. La monja la copia y añade entre comillas sus comentarios y vivencias juntas en el convento.Gracias a la copia que se conserva nos enteramos que en realidad fue trasladada a Medina Sidonia solo por el pobre arriero; y que el apuesto joven que les acompañaba era en realidad el Arcángel San Rafael que fue encargado por Dios de su seguridad durante el viaje. Simi falleció a finales de enero de 1887.En la Andalucía profunda y misteriosa se dice que hay personas que nacen estrelladas y otras que lo hacen con estrella. Simi, a pesar de haber nacido en el seno de una familia rica y respetada, nació estrellada. Su padre era muy estricto en cuanto a los temas religiosos y su hija debía a toda costa ser educada en la religión judía.Cuando huye de Gibraltar Jacob dedica todo tu tiempo y dinero a recuperar a su hija, manda primero a La Línea a sus emisarios, después intenta montar más o menos una operación de rescate, etc.En toda esta historia hay una serie de cosas que siempre me han llamado la atención. Primero como entra a conocer la religión católica, después la forma tan rocambolesca como huye de Gibraltar, el revuelo que se forma, el interés de todo el mundo en conocer a la monja durante años, etc.Por último, nunca he entendido los inconvenientes puestos por el Obispado de Cádiz en que viera la luz el libro del Padre Martín Bueno Lozano, no por dar a conocer la vida de esta monja sino por hablar del indominio ingles.Actualmente el peñón es la única colonia existente en Europa. Se trata simplemente de un trozo de roca con un gran interés estratégico por poderse dominar desde ella el estrecho y por tanto la entrada al Mediterráneo. Es base de la flota nuclear submarina británica y constante foco de conflictos pesqueros entre las autoridades gibraltareñas y los pescadores españoles, a pesar de carecer de aguas jurisdiccionales propias. Durante décadas la frontera terrestre permaneció cerrada y solo se abría en contadas ocasiones y por causas humanitarias.Ni británicos ni españoles se toman en serio las negociaciones que se están llevando a cabo desde hace décadas. . Quizás lo hagan en el mo
mento que nuera algún pescador en alguno de esos enfrentamientos o se produzca un accidente nuclear; cosa que quizás pudo estar a punto de producirse cuando entró en su puerto ese submarino averiado. Por algo los ingleses no lo quieren en sus puertos.El tratado firmado en 1713 fue fruto de oscuras conspiraciones, intereses políticos y sobornos a veces no económicos al más alto nivel. Nunca existió un plan premeditado por parte de los ingleses para su conquista. Mandaban expediciones que atacaban Cádiz, La línea y Algeciras; hasta que un día en una de esas expediciones atacaron Gibraltar y se quedaron allí. ¿Cuándo llegará el día en que lo abandonen?Volviendo al tema de Simi, existe lo que se denomina “Complejo de Dios”: una persona es muy buena, la mejor, en su trabajo. Pero, cuando la sacan de este no es nada. Se vuelve agresiva y conflictiva. ¿Estaríamos hoy hablando de ella de no haber entrado en un convento católico? Personalmente pienso que no, sería como cualquier otra persona que en lugar de nacer con estrella nace estrellada.A finales del mes de agosto del 2011 se presentó en el Obispado de Cádiz la documentación donde se reconstruía su vida y la devoción por ella, al objeto de su traslado a Roma para la unión a su causa. Por otro lado, ya se encuentra en estudio la documentación con la que se pretende demostrar su intervención en un milagro.Cuando se admita todo ello será declarada “Beata”. En ese instante su causa volverá a quedar paralizada, hasta que se vuelva a demostrar su participación en otro milagro, que la declarará “Santa”. En ese instante finalizará el proceso de canonización. Hasta ese momento puede que transcurran años o quizás siglos.Mientras tanto los andaluces y gibraltareños o los gibraltareños y andaluces debemos de estar orgullosos de tener una compatriota con un proceso de canonización en marcha.